
A principios del año 2000, mientras la mayoría de los estudiantes de la Universidad de Amberes, en Bélgica, vivían el ritmo habitual de la vida universitaria, dos jóvenes —Dries Buytaert y Hans Snijder— buscaban una solución a un problema latente: necesitaban una conexión a internet confiable. En esa época, las conexiones permanentes eran poco comunes entre estudiantes, así que construyeron un puente inalámbrico para compartir la conexión ADSL de Hans con otros compañeros de residencia.
Funcionó, pero pronto notaron que algo faltaba: una forma de comunicarse entre ellos.
Dries creó entonces un pequeño sitio web con un tablón de mensajes, donde podían compartir noticias, coordinar cenas y discutir el estado de su red. Sin saberlo, habían creado algo más que un sitio: los cimientos de una de las plataformas colaborativas más importantes del mundo.
El error que marcó el rumbo
Cuando Dries terminó sus estudios, quiso mantener el contacto con sus amigos así que decidió poner el sitio en línea. Pensó en llamarlo dorp.org (aldea, en neerlandés), como reflejo de la comunidad que habían formado; sin embargo, al registrar el dominio, cometió un error y escribió drop.org. Le gustó, y el nombre se quedó.
En enero de 2001, Dries dio un paso más: publicó el código fuente del sitio para que otros pudieran usarlo, adaptarlo y experimentar. Lo llamó Drupal, una forma de pronunciar druppel, que en neerlandés significa “gota”.
Desde el principio, el objetivo era claro: construir un sistema abierto, donde cualquiera pudiera contribuir, mejorar y compartir. Una visión que no solo anticipó el crecimiento de las comunidades de software libre, sino que también sentó las bases de un ecosistema global.
Primeras versiones y rápida evolución
En ese mismo año se lanzaron tres versiones: 1.0 en enero, 2.0 en marzo y 3.0 en septiembre. Con cada actualización, la comunidad crecía y el sistema se volvía más robusto. Lo que había empezado como un experimento entre amigos, ya empezaba a interesar a más personas.
Entre 2002 y 2003, con las versiones 4.0 y 4.1, Drupal mejoró notablemente su rendimiento y facilidad de uso, y comenzó a ganar notoriedad fuera de los círculos técnicos.
De software comunitario a plataforma política
El punto de inflexión llegó en 2004, cuando el equipo de campaña de Howard Dean —precandidato demócrata a la presidencia de EE.UU.— usó Drupal para crear DeanSpace, una red descentralizada para promover la participación ciudadana. El proyecto fue pionero en el uso del software libre para el activismo político, y sentó las bases de lo que más tarde se convirtió en CivicSpace Labs, la primera organización con personal a tiempo completo dedicada al desarrollo de tecnología basada en Drupal.
Este momento marcó un antes y un después: Drupal dejó de ser una herramienta de nicho para convertirse en una opción sólida para proyectos ambiciosos y de alto impacto.
Hoy: una plataforma global que sigue creciendo
Desde entonces, Drupal ha sido adoptado por gobiernos, universidades, ONG, medios de comunicación, grandes marcas y comunidades de todo el mundo. Parte fundamental de su éxito ha sido la comunidad global que lo respalda: miles de personas colaboran diariamente para mejorar el núcleo del sistema, desarrollar módulos, compartir conocimientos y apoyar a otros usuarios.
Más de dos décadas después, Drupal sigue evolucionando. Su arquitectura modular, su enfoque en la seguridad y su capacidad de adaptación lo mantienen vigente en un mundo digital que cambia constantemente. Lo que comenzó como un experimento estudiantil, hoy impulsa millones de sitios en todo el mundo.
Todo gracias a una conexión compartida, una necesidad de comunicarse y un pequeño error de tipeo que terminó cambiando el rumbo del software libre.